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Resumen
El estudio ACV — Análisis de Ciclo de Vida (LCA – Life Cycle Assessment) — se ha realizado con el objetivo de evaluar el ciclo de vida útil de 34 productos foliares de la línea Ecomethod de BMS MN.
Concretamente, el análisis se ha realizado aplicando la metodología ACV (Análisis de ciclo de vida) de conformidad con las normas UNI EN ISO 14040: 2006 (Gestión ambiental. Análisis de ciclo de vida. Principios y estructura) y UNI EN ISO 14044: 2018 (Gestión ambiental. Análisis de ciclo de vida. Requisitos y directrices).
La autoría del estudio corresponde a: 2A Ecogestioni SRL (Domicilio social: via Crocifisso, 65 – 24123 – Bergamo (Italia) / Base operativa: via Mazzini, 15 – 25123 Brescia (Italia)).
Empresa sujeta al examen crítico de la entidad de certificación RINA, la cual ha confirmado los resultados con el n.º de certificado LCA-005 de fecha 31/1/2020.
Consideraciones metodológicas
El análisis de ciclo de vida proporciona una evaluación de los efectos potenciales del medioambiente asociados al ciclo de vida de los productos o los procesos, pudiéndose utilizar de varias formas y como instrumento de comunicación dirigido a las distintas partes interesadas.
El análisis de ciclo de vida es un procedimiento objetivo de evaluación de las cargas energéticas y medioambientales relativas a un proceso o una actividad que se realiza mediante la identificación de la energía, los materiales usados y los residuos liberados al medioambiente. La evaluación incluye todo el ciclo de vida de un proceso o una actividad, abarcando la extracción y el tratamiento de las materias primas, la fabricación, el transporte, la distribución, el uso, la reutilización, el reciclaje y la eliminación final.
Los aspectos importantes que deben resaltarse son:
- La objetividad del procedimiento, por lo que resulta esencial seguir pasos (fases) precisos y realizar la evaluación sobre la base del análisis de datos científicamente verificables y comparables.
- Las cargas energéticas y medioambientales —atribuibles al estado existente de un proceso o de una actividad que conduce a la producción de un producto en sentido general o de un servicio— constituyen el objeto de la evaluación.
- Se considera todo el ciclo de vida del proceso o de la actividad, sin omitir ninguna fase directamente atribuible al objeto (unidad funcional) de estudio. Ciclo de vida hace referencia a las etapas consecutivas y relacionadas del sistema productivo, desde la adquisición de las materias primas, pasando por el ciclo productivo, hasta el uso y la eliminación final.
La metodología de análisis de ciclo de vida se aplica cumpliendo con las normas UNI EN ISO 14040: 2006 y UNI EN ISO 14044: 2018, las cuales definen las fases del análisis:
- Definición y alcance de los objetivos
- Análisis del inventario del ciclo de vida (ICV)
- Análisis del impacto del ciclo de vida (AICV)
- Interpretación del ciclo de vida (AICV)
Definición de los objetivos, el campo de aplicación y los límites del sistema
Aquí, se recoge la finalidad del estudio, el campo de aplicación, las unidades funcionales, los límites del sistema, los requisitos en materia de datos, las hipótesis y los límites. Con miras a que la fase de definición del estudio sea rápida y adecuada, se evalúan progresivamente:
- Los objetivos del análisis de ciclo de vida (definición del problema objeto del análisis, es decir, si se desea comparar dos productos, mejorar algunos ya existentes o diseñar otros nuevos).
- El nivel de detalle (grado de precisión del análisis).
- El objeto del estudio (especificación del tipo de producto, la cantidad, los límites temporales de la producción y las funciones pertinentes. En algunos casos, se deben tener en cuenta los materiales de empaque y los comportamientos de los consumidores).
El objetivo de un análisis de ciclo de vida es establecer inequívocamente las aplicaciones previstas, las motivaciones que conducen a la realización del estudio y el público objetivo (las personas a las que se pretende informar sobre los resultados del estudio).
El campo de aplicación de un estudio de análisis de ciclo de vida debe especificar claramente las funciones del sistema objeto del estudio. El campo de aplicación debe estar lo suficientemente definido como para garantizar que la amplitud, la profundidad y el detalle del estudio sean compatibles con el objetivo establecido y suficientes para su consecución. El análisis de ciclo de vida es una técnica iterativa. En consecuencia, podría ser necesario modificar el campo de aplicación del estudio debido a la información adicional obtenida durante su realización (ISO 14040: 2006, párrafos 5.2.1.1 y 5.2.1.2).
Una unidad funcional constituye una medida del rendimiento del flujo de salida funcional del sistema del producto.
El principal objetivo de la unidad funcional es proporcionar un punto de referencia al que vincular los flujos de entrada y salida. Este punto de referencia es necesario para posibilitar la comparación de los resultados del análisis de ciclo de vida, lo que podría ser particularmente crítico al evaluar sistemas diferentes, ya que debe garantizarse que las comparaciones se hagan en función de una base común.
Un sistema puede tener un gran número de funciones, por lo que las funciones seleccionadas para el estudio dependen del objetivo y del campo de aplicación. La unidad funcional correspondiente debe estar definida y ser medible (ISO 14040: 2006, párrafo 5.2.2).
Los límites del sistema determinan las unidades de proceso que deben incluirse en el análisis de ciclo de vida. Son muchos los factores que determinan los límites del sistema, por ejemplo, las aplicaciones previstas del estudio; las hipótesis formuladas; los criterios de exclusión; las restricciones debidas a los datos y los costes, y el público objetivo. Los criterios utilizados en la definición de los límites del sistema imponen un intervalo de confianza que garantice que los resultados del estudio no se vean comprometidos y que se alcance el objetivo del estudio en cuestión (ISO 14040: 2006, párrafo 5.2.3). Cualquier decisión de eliminar fases del ciclo de vida, procesos o flujos de entrada y salida debe indicarse y justificarse claramente.
Análisis del inventario de ciclo de vida (ICV)
Consiste en la individualización y la cuantificación de los flujos de entrada y salida del sistema objeto de análisis durante toda su vida útil. De esta manera, se identificará y cuantificará el consumo de recursos (materias primas, agua y productos reciclados), energía (térmica y eléctrica) y las emisiones/descargas al aire, el agua y el suelo, estructurando de esta manera un verdadero balance medioambiental.
Esta fase consta de cuatro partes fundamentales:
- El esquema del diagrama de flujo: representación gráfica y cualitativa de todas las fases importantes de los procesos implicados en el ciclo de vida del sistema que se analiza. Se compone de las secuencias de los procesos (símbolos con significados definidos) conectadas por flujos de materiales (flechas). Se caracteriza fundamentalmente por dividir un sistema en varios subsistemas y explicar las acciones de interconexión: la producción principal; la producción secundaria o coproducto; la producción de materiales auxiliares; la producción de energía y la posibilidad de recuperarla en forma de calor o de electricidad; el consumo de energía necesario para los distintos procesos; los medios de transporte utilizados para el traslado de los productos y los coproductos, y el tratamiento de los residuos. Además, el diagrama de flujo permite visualizar y, posteriormente, recoger los datos de entrada y salida correspondientes a cada fase del proceso.
- La recogida de los datos.
- La definición de los límites del sistema: definición de los puntos limítrofes entre el sistema objeto de estudio y el entorno.
- El tratamiento de los datos.
Figura n.º 1. «Sistema de productos» para el análisis del inventario de ciclo de vida —ICV— (ISO 14040)
Análisis del impacto del ciclo de vida (AICV) potencial
La fase de AICV constituye el estudio del impacto medioambiental causado por un proceso productivo o una actividad y se realiza con la ayuda de algunos indicadores añadidos de uso internacional que permiten cuantificar los impactos potenciales y comparar las posibles alternativas en lo que respecta al proceso, el producto o el software de cálculo. En esta fase, se pasa del dato numérico calculado en la fase precedente a la estimación de la peligrosidad.
El análisis de los impactos potenciales se subdivide en cuatro fases:
- Clasificación (fase cualitativa en la que los datos del inventario se subdividen en grupos de temas o categorías de posibles impactos medioambientales, los cuales pueden atribuirse a tres grandes áreas de protección general: extinción de los recursos, salud humana y conservación del medioambiente).
- Caracterización (fase en la que se cuantifican y añaden los impactos potenciales, de manera de identificar los daños relativos a las sustancias emitidas o a los recursos utilizados).
- Normalización (fase en la que se dividen los valores —obtenidos en la fase precedente— debidos al impacto de la vida media de un año del ciudadano medio europeo [o de la población mundial] en la misma categoría, con el fin de hacer comparables las categorías con distintas unidades de medida).
- Evaluación (fase en la que se asigna un valor en términos de importancia a cada impacto y que puede realizarse en función de diversas perspectivas culturales).
Las primeras dos fases son obligatorias, mientras que las otras son facultativas. En este estudio se han considerado solo las fases de clasificación y caracterización.
Interpretación de los resultados
Es la fase destinada a interpretar los resultados del análisis, identificando las condiciones críticas en materia medioambiental y evidenciando la potencialidad de mejora —tanto técnica como de gestión— del ciclo de vida del producto objeto de estudio. Con miras a sustentar la interpretación de los resultados, pueden llevarse a cabo análisis de sensibilidad, con el fin de investigar los principales supuestos del estudio (por ejemplo, en relación con los escenarios considerados para las fases de uso y de extinción de la vida útil).